miércoles, 30 de abril de 2014

Pilar Azcué



"Había una vez...".  cooorre cuento :


“PILAR AZCUÉ”

Sentados en medio del auditorio, en voz queda dijeron los maestros, viendo bailar a Pilar Azcué:
-Se le puede cantar: “Qué bonita viene y va…”, porque su danzar semeja el cante hondo de la Luna sobre las aguas del Guadalquivir… 
Cuando terminó el recital, a sus pies, cayeron los claveles que lanzaba el público; ella, envuelta en su bata de cola blanca, se inclinó a recoger uno, que colocó entre sus labios… El público puesto en pie, solicitaba: 
-¡Otra!, ¡otra!… 
Sonó una sevillana que, con inigualable entrega, bailó y comenzó a ascender, entre los estupefactos espectadores, hasta alcanzar los astros; Pilar determinó regresar tan sólo por volver a bailar, más luminosa.

Martha Elsa Durazzo Magaña

DERECHOS PROTEGIDOS POR EL IVEC Y CONACULTA. FOTO: JOAN VIVA.  

lunes, 28 de abril de 2014

Reinicio



"REINICIO"

Pesaba el canto,
como cuerda de guitarra rota,
me impedía caminar...
Empecé a moverme en un rayo de luz,
que se filtró desde la sonrisa de un infante...
Recuperé el ritmo armónico...
Recomencé el canto... Reinicié la vida.


Martha Elsa Durazzo Magaña
ISBN 978-607-9038-49-6


En la gráfica con el escritor, hispano, Manuel Vicent.

viernes, 25 de abril de 2014

Para las mujeres, es fácil...



“Para las mujeres, es fácil”

Lorena llega a su casa, ubicada en el fraccionamiento más lujoso del puerto. Enciende las luces. Entra a su recámara, se desviste y comienza a bañarse; al salir unta en su vientre pomada, se pone un camisón, la bata, toma dos pastillas luego de leer una receta, respira profundo, descuelga el teléfono y marca el número de José Humberto, que estudia en Puebla.
-Hijo, ¿cómo estás?... Yo bien, con mucho trabajo, gracias a Dios… ¿Me notas la voz diferente? No, José Humberto, no me pasa nada… Temprano hice el pago del crédito hipotecario de la casa y te deposité lo de tus gastos, así que tienes disponibilidad en la tarjeta… Sí hijo, salí a cenar como casi todas las noches… Cuídate y estudia.
Realmente suele cenar en la oficina con Lilia, quien es soltera y más que una empleada, es su amiga; de repente voltea y ve sobre el tocador unos retratos; se acerca, toma uno y lo coloca sobre su buró.
-La vida continúa -piensa. 
Abre la ley aduanera y comienza a estudiar; se distrae porque siente un nudo en la garganta… Acerca el retrato a su pecho; después lo separa y seca unas lágrimas que se le deslizan.
-¿Para las mujeres es fácil? –mentalmente, se cuestiona.
Viendo el retrato, contra su costumbre, inicia un monólogo en voz alta:
-Nunca tuve tiempo ni ocasión para dejar fluir el dolor atajado al separarnos; incluso cualquier animal herido, deja correr un aullido de lamento. ¿Cómo, cómo hacerlo? ¿En qué momento? He vivido agradeciendo el don de la vida, nuestro hijo, las oportunidades, tantas cosas...
Lorena detiene el llanto, pero la emoción vuelve con la fuerza de una ola que se estrella sobre un muro de contención, impulsada por el viento, después continúa su diatriba:
-José Humberto terminando vendrá, después partirá a realizar su maestría en España. Se aflige mi corazón porque estará lejos, pero con sus espléndidas alas remontando el vuelo… Humberto, cada día que pasa nos acerca. ¡Cuánto te extraño! Hoy un hombre, cuando abría la portezuela, me encañonó y aventándome al interior del auto hizo que siguiera la ruta que él quiso. Me hizo bajar en la Playa Norte y sin más, comenzó a golpearme, hasta dejarme inconsciente. Recobré el sentido y poco a poco la noción del suceso y de la ubicación, mientras los dolores físicos se agudizaban me di cuenta que inexplicablemente no se había robado el carro, ni siquiera mi bolso; entonces, ¿qué quería? ¿Sólo golpearme? ¿Lo mandaron a hacerlo?, pero ¿quién? Reaccioné, no había tiempo que perder y lo más rápido que pude subí, encendí el carro y fui a ver un amigo médico quien me revisó y recomendó que, inmediatamente, interpusiera una denuncia; tuve que reconocer que carecía de energía; necesitaba estar aquí, en casa, escuchar a nuestro hijo. Denunciaré mañana, sin falta, pero, ¿cómo denuncio los golpes silenciosos?

II


-Papá, te llamo porque al regresar de comprar la cuna para el niño, Humberto sufrió un infarto fulminante, cuando llegó la ambulancia estaba muerto. Estoy en la funeraria.
Lorena contiene el llanto. Mientras oye a su padre, al sentir una fuerte contracción, cobra consciencia que ha de mantener la calma; a su hijo le falta un mes de gestación. Controlándose, responde:
-Fue imposible llamar antes, tuve que resolver los trámites… Humberto había estado bien, la semana pasada lo acompañé al cardiólogo… Ya sé que siempre te opusiste a nuestro matrimonio por su problema cardiaco. No es el momento de traerlo a cuenta; sólo quiero saber si podrán venir al sepelio; necesito su apoyo y presencia… Bueno, los espero en la agencia funeraria ubicada en Félix Cuevas de la Colonia Del Valle. Despreocúpate de los gastos del funeral, por su enfermedad fue previsor, está cubierto… Papá no sé cuánto tengamos en la cuenta del banco… El parto, también, está pagado… Con la ayuda de Dios y mi esfuerzo, saldremos adelante… Papá, comprende que yo lo amaba y ahora no conocerá ni disfrutará a su hijo, ni volveré a verlo. Disculpa, colgaré para avisarle a su familia y que vengan a México… Aquí los espero.

III

Pasan los días y Lorena se entera que ahorraron más de lo que pensaba; aún así no alcanza para poner la Agencia Aduanal, sostenerla en tanto se hace de clientes, tener un soporte para el pago de impuestos, salarios de personal, cubrir los gastos del niño y de ella… Con José Humberto en brazos se dirige a una inmobiliaria y pone en venta la casa, que es el bien patrimonial más importante que posee… 
Ese día Lorena recordó las palabras, en broma, de Humberto cuando compraron la casa:
-Se escriturará a tu nombre; no quiero que por resolver la testamentaría carezcas de tiempo para extrañarme; deseo que siempre me recuerdes con una sonrisa; ya tenemos nuestra casa, lo necesario para trasladar mi oficina, ahora ahorraremos para que cuando apruebes tu examen de Agente Aduanal tengamos para cubrir lo relativo al tema. Será bueno para mi corazón vivir al nivel del mar. Mi papá ofreció regalarme, para dar allá, el anticipo de una casa; esta servirá para cuando vengamos a la capital.
Al aprobar su examen se fue con su hijo a vivir al puerto, allí alquiló una casa pequeña, tenía que ahorrar al máximo. Sus suegros pareció que cuando enterraron al hijo, sepultaron a la nuera y al nieto. 

IV

Algo inexorable, es el transcurrir del tiempo… Días viendo cómo disminuían los ahorros. Días incansables buscando la solución, los clientes. Noches dedicadas al estudio, hasta quedarse dormida con la luz encendida y los aranceles abiertos. Días difíciles con trabajo y el niño enfermo. Noches en vela acallando los recuerdos de Humberto, dominando las necesidades de su naturaleza. Días serenos al ir viendo crecer a su hijo… Procuraba resolver lo más que podía sin molestar a su familia, pero también había días que resultaba imprescindible pedir ayuda… Días, que iban sumando años.

V

-Inés, buenos días; me recomendó un exportador y surgió un excelente cliente, pero no puedo financiar el total del pago de impuestos y el banco tiene cerradas los créditos.
Oye la voz de su hermana, impregnada con un leve tono de enfado al responderle:
-¡Ay Lorena!, conoces a mi marido con respecto a esos temas; dime, ¿a cuánto asciende lo que necesitas?… Despreocúpate, ni modo, le pediré que, como accionista, llame al banco para solicitar que te amplíen el crédito; los padrinos de bautizo deben ver por el ahijado… Por cierto, quiero hablar contigo; fui a una reunión y hay un escándalo porque dicen que te vieron cenando con un hombre y que te ven por el centro, a elevadas horas de la noche o de madrugada.
-Inés por el giro del trabajo con cierta frecuencia tengo comidas o cenas con varones y si me ven a altas horas de la noche, como sabes, es porque voy al recinto fiscal, a la hora que sea necesario.
-Lo sé, pero ¿qué no puedes tener un embarcador? Con respecto al hombre, dicen que es casado y te vieron con él en México –le espeta su hermana.
-Pagar más sueldos, imposible. Con respecto a lo otro, cuando cierre la oficina, si puedes te veré en tu casa. Gracias por ayudarme.
-Siempre que pueda te apoyaré. Quiero mucho mi ahijado y a ti, por supuesto; nada más te recomiendo que reflexiones; conoces los criterios aplicados en nuestra sociedad hacia la mujer. Te espero. 
Lorena al colgar el teléfono se queda preocupada; después de quince años de viuda se permitió sostener una relación con David Hernández; él le aseguró que estaba divorciado; luego resultó que el proceso de divorcio estaba por concluir. Ciertamente se vieron en México y coincidieron en el mismo lugar con Alfonso Fernández Ávalos, uno de los más importantes Agentes Aduanales del puerto, casado y molesto porque fue quien, en su momento, más le había insistido para que sostuvieran relaciones, afirmando que con él tendría la vida resuelta y era un hombre discreto. Cuando Alfonso regresó al puerto, se dedicó a platicar el evento de haberla encontrado con David; llegó a oídos de la aún esposa y se negó a dar la última firma del divorcio… Deja de pensar y le llama al radio para explicar lo que sucede y aunque él insiste en que continúen, corta tajante:
-David suficiente muestra de amor por mí, fue tu mentira; cuando resuelvas tu situación, llámame.
Da la hora de cierre de la oficina, se dirige a casa de Inés, le platica y afirma que terminó con David, le asegura que por ese tema ya no habrá de qué mortificarse; pero el comentario ya corría como reguero de pólvora, alentado por la esposa de David y propagado por Alfonso.
Una batalla de resistencia fue tolerar el tiempo en que las lenguas, que cual reptiles venenosos se revolvieron, de tal manera que ella tuvo que hablar del tema con su hijo. El chico le reprochó y salió, dando un portazo. Una noche de angustia, sin saber dónde o cómo estaba. Al día siguiente regresó y sin decir más, la abrazó.

V

Lorena estaciona el carro. Mira el reloj y comprueba que tiene treinta minutos de margen para su próxima cita; hace dos días le provocó satisfacción la llamada telefónica de Ignacio Hesse, Gerente General de Frundemberg, uno de los principales importadores de licores del país y hoy mandan a Eduardo Fernández, su representante.
-Han sido años de trabajo profesional y esfuerzo, pero se va logrando –piensa, en tanto apresura el paso sobre las zapatillas. 
Entra saludando al personal, ingresa a su oficina y recibe un voluminoso número de documentos que requieren su autorización.; se detiene en uno…
-Lilia, este pedimento requerirá que llamemos a las oficinas de Dumex; el arancel que sugieren es incorrecto y por lo tanto, el monto del impuesto. Cuando concluya la próxima reunión programada, tráeme la tarifa del Impuesto General de Importación.
-Se lo traeré; el Sr. Eduardo Fernández anunció que llegará con media hora de retraso. ¿Gusta que entregue a Felipe lo que ya autorizó o prefiere verificar otros?
-Adelantemos –contesta y prosigue examinando documentos-. Este pedimento requiere aumentar la información con el número de las anotaciones –señala el artículo en cuestión. 
-Licenciada, ¿a qué hora estudia tanto? Los Agentes tienen clasificadores y usted…
-Por las noches estudio. Dicen mis amigas que carezco de vida propia; yo digo que mi hijo y el trabajo, son mi vida. 
-Pero es joven, licenciada.
-La vida marca pautas y hay que tomarlas… Por cierto, yo tengo que felicitarme, eres un gran apoyo –firma más documentos y es cuando suena el intercomunicador.
-Licenciada, llegó su cliente.
-Que tome asiento.
Extiende cheques por el monto de los impuestos. Cepilla la espléndida melena que le llega a los hombros, se retoca la pintura de los labios y solicita que lo pasen.
El empleado de la firma importadora de licores, cuyas oficinas están en la capital del país, recorre con la vista -sin discreción alguna- las paredes tapizadas, los lujosos muebles de oficina, las maderas preciosas del escritorio, detrás del cual se encuentra su interlocutora y comienza a presentarse: 
-Soy Eduardo Fernández y represento la firma Frundemberg; el licenciado Hesse, nuestro Gerente General, como le comunicó telefónicamente, desea que ahora sea usted se nuestro Agente Aduanal y haga los trámites de los embarques que arriban por este puerto –se interrumpe intempestivamente para comentar:
-Se ve que usted es una mujer de metas y triunfo y me parece que no le fue tan difícil lograrlo; a las mujeres les resulta fácil que todas las puertas se les abran. No tiene usted tantos años en el rubro y contra herederos de patentes muy antiguas, resultó electa presidente de la Asociación de Agentes Aduanales.
Lorena, para sus adentros, lamenta el comentario, sonríe y dice:
-Quisiera abordar el asunto que viene a tratar; en media hora iré al muelle a presenciar el despacho y salida de la Aduana de un cargamento de Domecq.
-¡Ah!, ¿así que va personalmente? ¿Qué ya no lleva Plancarte la firma Domecq?
-Tuvieron a bien distinguirnos con su confianza y, sí, voy personalmente.
-Pero ir al muelle es asunto de varones.
-Vayamos a nuestro negocio señor Fernández, vamos contra reloj –acorta.
Eduardo Fernández saca del portafolio de piel el pedimento y se lo extiende.
-En tanto me entero de la frecuencia de embarques y destino a enviar la mercancía, ¿gusta tomar algo? 
Ella marca el intercomunicador, entra una secretaria quien regresa con un refresco y un aromático café para su jefa. Al concluir Lorena de leer, comenta:
-Llamaré a su Gerente General para afinar algunos detalles. Veo que está por arribar el primer embarque. Permítame. 
Llama a la Capitanía del Puerto para confirmar la fecha de arribo del buque.
-Están avisando que, de continuar el mal tiempo en Galveston, el barco llegará un día posterior a la fecha indicada. Hoy daremos curso a su pedimento; sólo cambiaré esta especificación que es algo similar a la que corresponde, pero de tasa hacendaria muy diferente –al decir esto abre un cajón, saca un archivo y muestra el punto al que alude. 
Eduardo comprueba que Lorena trabaja ágilmente y no cayó en la trampa; él comienza a recordar opiniones contradictorias a lo que observa y que provocaron le manifestara al Gerente General que era una equivocación cambiar de Agente Aduanal. También es cierto que, además de las opiniones, él tiene un interés específico, inducido por Sergio Rivadeneyra, Agente Aduanal al que le quitaron la cuenta para dársela a Lorena Uribesalgo, en ese momento recuerda el ofrecimiento de Sergio:
-Una buena suma te daré Eduardo, suficiente como para que tomes unas vacaciones con tu familia, si logras que Lorena caiga en una trampa para que pierda el cliente; Frundemberg es una firma que me dio mucho a ganar y además me molesta que me la quiten y la obtenga esa mujer que va logrando su cartera de clientes y sus objetivos a punta de abrir las piernas, no dudes que ya se acostó con tu jefe; hasta quedó como presidenta de la Asociación; es insoportable vernos dirigidos por una mujer, que además no sabe nada. Se presta a corruptelas, aunque se de aires de santa; si no, ¿de dónde sacó el capital para financiar el pago de impuestos? En un descuido le veremos perder su patente, si no es que termina en la cárcel por fraude fiscal. Métele errores, para que manden el pedimento a juicio.


VI


Desde que ganó la presidencia de los Agentes Aduanales, la batalla se encarnizó más. Constantemente tiene que volver a revisar los pedimentos; hubo de despedir a más de un empleado al comprobar malos manejos, errores intencionales para demorar los trámites, mercancías a las que inexplicablemente les negaban la salida del recinto, falsificaciones de su firma en documentos, que se resolvieron a su favor gracias a la comprobación de calígrafos. Un día se decidió y pidió a Lilia que fuera al penal, adonde estaba quien había falsificado su firma.
-Nacho, vengo a platicar contigo, dime por qué lo hiciste, después diez años de trabajar con la licenciada y de quien siempre tuviste apoyo, cuando lo necesitaste. Háblame con la verdad; son muchas las cosas que están ocurriendo, para que sean casualidad. La patrona te ofrece pagarte el abogado.
-La verdad es que por quien me comprometí me dejó aquí, abandonado; fue Sergio Revadeneyra, pero son varios del grupo contrincante en las elecciones quienes quieren fregarla; la saludan, la felicitan, pero aseguran que van a hundirla. Me avergüenza haberlo hecho; no pude declararlo porque tuve miedo; tienes razón, la patrona siempre se portó bien y necesito trabajar; sabe Dios cómo se la esté viendo Chata para sacar adelante los chamacos por mi mala cabeza; me ofrecieron mucho dinero y mira la ambición adónde me tiene.
-Nacho, la licenciada te mandará un buen abogado. Guardaremos en secreto lo que me comunicas.


VII

Lorena al recordar lo anterior, aún viendo la fotografía de Humberto, siente recibir una descarga… Toma la ley aduanera para acomodarla en el librero. Checa en su agenda el primer compromiso que tiene; justamente es una reunión donde, como presidente de la Asociación de Agentes Aduanales, analizará todos los recursos para apoyar a Sergio Rivadeneyra; está en prisión por fraude fiscal y muy probablemente, pierda la patente; ella cuando termina le reunión irá al Ministerio Público a interponer una denuncia por asalto, con violencia. Se quita su bata y acercándose la fotografía de Humberto, le da un beso.
-Sí, me duelen menos los golpes –dice y comienza a sentir que los párpados se le cierran. Antes de apagar la luz, piensa:
-Fácil no ha sido, pero va bien nuestro hijo.

FIN


Martha Elsa Durazzo Magaña

Boca del Río, Ver. Enero de 2009.
DERECHOS PROTEGIDOS POR EL IVEC Y CONCAULTA-

miércoles, 23 de abril de 2014

Amanecer



Quiero encender
del amanecer
su luz
En una rosa prendido
colocar un arco iris
provocado en un pétalo
con un rayo del radiante Sol

Cantar por la mañana
cuando la luz desprendes
desde tu plexo, Sol

Mirar cómo brota
del contacto de tu beso
desde el emblema de la rosa
el reflejo
del Amor

Encender quiero
del amanecer su luz.


Mrtha Elsa Durazzo Magaña

lunes, 21 de abril de 2014

Tajín




Con los colores de tus listones
impregnas de arco iris el cielo
Ave roja del Totonacapan.

Yo admiro de tu vuelo
la rituálica sintonía
bañada de esperanza.

Cantos de amor 
la fertilidad renuevan
Bendicen la tierra.

En la cúspide del mástil
el mayoral navega
por las milenarias percusiones.

Tiempo del vuelo
de las guerreras diosas 
en las ventanas del alma

Al Sol acompañan
en su viaje de luces 
con sinfonías de alborada.


Martha Elsa Durazzo Magaña:.

sábado, 19 de abril de 2014

Besar



Besa la estilográfica del bardo el papel...
Nace un verso.



Martha Elsa Durazzo Magaña

ISBN 978-607-9038-49-6
Fotografía: Cajeme Escritores.

jueves, 17 de abril de 2014

Tiempo




“TIEMPO”

Cabalga la palabra por el tiempo: resuenan los clarines, el rock y la tormenta… Son luces que brotan de las páginas, versos que aman, lágrimas que deambulan por el acontecimiento, historias donde los héroes danzan… Son las batallas de la humanidad palpitante, opresora, oprimida, libertadora… y algunas de esas hojarascas que se agitan inmortales, retenidas para nosotros en un texto…
Ayer cerré un libro donde miré batallar al mío Cid, los azules ojos de Doña Urraca… Se columpiaban las espigas doradas en Castilla… Entonces tomé una pluma y comencé a escribir, haciéndoles cabalgar, por fin, libres y amantes, creando un final, gracias a las crines al viento de la palabra.


Martha Elsa Durazzo Magaña

Gráfica: Andrés Lorenzo Hermida.

martes, 15 de abril de 2014

Noticia





"DETIENEN A ROBA CALZONES"

Noticia por Ángel Contreras.

Chocamán, Ver. 6 de enero de 2009.

 “Efectivos de la Policía lograron la detención de un sujeto quien robó seis pantaletas (calzones) de mujer… Se trata del obrero Tomás Torres, con domicilio en Hidalgo, quien al ser revisado, le hallaron las prendas. 
El primer comandante Apolo Escalona refirió que la detención se llevó a cabo gracias a los constantes operativos realizados por la corporación que encabeza. 
Detalló que la detención se dio durante la madrugada, cuando Tomás caminaba, de manera sospechosa, por las calles del municipio y se le ordenó detenerse para la revisión de rutina. Fue así que, entre su pantalón, sacó las pantaletas, las cuales dijo eran suyas”.
Sonreí; pensé que era sencillo haber hecho una prueba práctica y si al individuo no le quedaban bien las pantaletas, eran robadas… Caso de querer sonreír, paso siguiente: Retratar los choninos, reproducirlos en los medios de comunicación y esperar que apareciera a reclamarlos la propietaria y devolvérselos, luego de la debida comprobación.

Martha Elsa Durazzo Magaña


FOTOGRAFÍA: GUSTAVO PASTRANA.
 DERECHOS PROTEGIDOS POR EL IVEC Y CONACULTA. 
*Noticia fidedigna, por ello aludo la fuente

domingo, 13 de abril de 2014

Amigos



¿Podrá separarse la Amistad, del Amor? 
Amigo: 
Tu mano se extiende hacia mi brazo, hacia mi mano, para felicitarme o apoyarme, al igual que hago contigo... 
Y, ¿además de mi cariño y oraciones, qué puedo darte?... 
Ah, mis textos que cuentan tus historias, 
las lágrimas o risas que viertes y que yo, 
con amor, doy testimonio, 
en un cuento, en un verso, 
en una escena que te de aliento.


Martha Elsa Durazzo Magaña

viernes, 11 de abril de 2014

Universo



Bajo la bóveda celeste
a ti elevo mi mirada...
Geómetra perfecto
Indescriptible Señor
acompaña mis pasos
Hacedor del Universo


Martha Elsa Durazzo Magaña


miércoles, 9 de abril de 2014

Pescador



"PESCADOR"

Tu pecho es el espacio
donde transformaste
mis dolidos estertores.

Recibiste mi batir de heridas alas
contraritmo de lágrimas,
dudas, deshechos hilos,
desteñidos colores.

Pescador con pecho de águila,
una a una tomaste mis lágrimas,
y tejiste una atarraya que lanzaste
a los fulgores de la aurora.

Con mano firme llevaste mi cuerpo
hacia el canto de tu cuerpo.

Con suavidad mi cabeza llevaste
hacia tu pecho y en oleaje fluvial
que estalla y revienta en rumor de olas
serenaste mis latidos.



Martha Elsa Durazzo Magaña

*Verasarias ondinas y bucaneras.
 ISBN 978-607-9038-62-5

lunes, 7 de abril de 2014

Trova


Parte música de la trova
y calidez de tus palabras

El corte de este poema
en tiempos de allegro canta

y el erotismo fluyendo por tus manos
resplandores provoca
es rayo que se filtra luminoso al verso.


Martha Elsa Durazzo Magaña


Derechos protegidos por EVAC, en mi poemario Alborada, 2013.
Fotografía: Antonio Bayona.

sábado, 5 de abril de 2014

¿Marica?



“¿MARICA?”

-¡A la madre!, yo digo que mejor no entremos. La mera verdad eso de entrar al panteón a media noche, porque dizque ahí llega un nahual, me disgusta. La neta, pienso que los muertos están bien donde están y para qué molestarlos.
-Les dije que este se orina del susto no´más de pensar en fantasmas; eres un marica.
Israel siente que la cara se le pone roja, aprieta fuerte los puños y contesta a la provocación:
-No soy marica. Ustedes andan borrachos. Antes a estos lugares les llamaban camposanto; entrar briagos allí, no demuestra nada.
Juan, líder de aquel grupo y el más ebrio, vuelve a tomar la palabra:
-Újule, va a llorar la mariquita; tú eres el borracho y un puto, si hasta tienes la facha y el modo.
-Mira cabrón, no te meto un madrazo por pura lástima; andas tan tomado que con un empujón te tumbo.
-¡Marica, marica! –comienzan a corear los amigos, emulando a Juan quien comenzó el estribillo.
-Les digo, por última vez, que mejor no entremos; si de valor se trata mañana los reto a…
-Ma-ri-ca, ma-ri-ca… -vuelve a corear el grupo interrumpiendo a Israel, en tanto los primeros comienzan a escalar la verja del cementerio.
Israel agarra su medalla y piensa:
-Virgencita, que no me vaya a salir el chamuco. Espíritus, perdónenme, pero si no entro estos canijos me agarrarán en friega con lo de marica –se persigna y comienza a subir…
Narra Israel a su hijo: 
-Dieciocho años teníamos… A esa edad era difícil comprender que más hombre se necesita ser para actuar diferente a como un grupo quiere, así que yo también crucé la reja del cementerio.
-¡Miren, se animó el rajado! A saber si del susto lo tenemos que enterrar mañana; revísenle los pantalones, seguro que ya está orinado.
-Eso decía Juan, cuando puse el pie derecho dentro del panteón.
-Déjate de fregaderas -dije-, ya entramos, ahora di cuál era el afán.
-El afán sigue siendo, “señorita”, encontrar al nahual. Cuentan que viene como una lechuza y aquí se convierte en hombre. Lo vamos a esperar, pero antes aprovecho para descargar mi agüita.
-Al decir esto se puso a orinar sobre las sepulturas; el resto lo imitó, excepto yo que comencé a caminar por el pasillo central pensando: 
-La neta, qué pesados andan estos güeyes, yo lo que tengo es sueño y ellos traen onda para rato.
-Cuando volteé saltaban de una tumba a otra y luego se entretuvieron sacando flores de las sepulturas...
-Mariquita, ya tenemos flores suficientes para llevarles a nuestras novias, y a ti, ¿te gusta alguna del pueblo? Aquí hay varias que se pelaron jovencitas y a lo mejor se fueron con ganas; aunque chance y por las noches el nahual…
-No concluyó la frase que acompañó con una serie de movimientos pélvicos. Continué por aquel pasillo y seguí callado… A los tontos y necios se les debe hacer poco o ningún caso y aquellos estaban tan necios que carecía de sentido responderles. Después me detuve para volver a mirarlos; brincaban, otra vez, sobre los sepulcros, decían obscenidades y Juan aventó las flores; todos hacían a semejanza de Juan a quien más tarde oí:
-¡Nahual, no chingues!, déjate ver si es cierto que existes; a lo mejor eres del mismo equipo de Israel y de puro choto te escondes.
-Un ruido llamó mi atención… Lo único que distinguí, al final del pasillo, fue una silueta acompañada de una lucecita. La silueta pronto desapareció y sólo quedó aquella lucecita… Rápido me persigné, sentí una gran tranquilidad y atracción por ir hacia donde estaba la luz tenue… Fui y en la penumbra distinguí que estaba bajo techo… Al entrar miré que había un espacio plano, blancuzco y un bulto… El sueño me arreció y pensé acostarme allí en tanto mis amigos se decidían a que nos fuéramos… Me recosté y nada más alcancé a ver que aquella luz se apagaba; solo iluminaba, un poco, el brillo de la Luna que alcanzaba a filtrarse por donde entré… En la oscuridad, a mi derecha, en el suelo, vislumbré un par de ojos que cambiaban su tamaño y forma, de ave a humano; tenían un fulgor y magnetismo que me impedían apartar la vista, al mismo tiempo sentí un gran sopor… Hice un esfuerzo para refregarme los ojos, al abrirlos volví a encontrar aquella mirada. Escuché una voz que pronunció: 
-Duerme. Jamás experimentarás temor alguno. 
-Pese al impulso que hice, no pude levantarme, sentí una mano pasar sobre mi frente, ojos y corazón y un gran peso en los párpados… Imposible saber cuánto tiempo transcurrió… La sombra de un hombre arrojó algo sobre todo mi cuerpo, el lugar comenzó a impregnarse con aromas penetrantes y surgió una gran flama, en medio de la cual desapareció el varón… Después escuché aletear y un animal comenzó a volar lanzándoseme; sentí el cuerpo ligero, cogí lo primero que encontré y comencé a batallar con aquél ave… Afuera se escuchaban las voces de mis amigos que me llamaban y convocaban al nahual:
-¿Dónde estás Israel?
-¡Preséntate, si eres macho nahual!
-¡Responde marica!
-¡Aparécete nahual!
-Hijo, correteando al pajarraco salí y grité a todo pulmón:
-¡Aquí estoooy!
-Juan nada más exclamó: ¡Ayyyyy!, y azotó.
-¡No chinguen! –vociferó otro y, poniéndoseles los cabellos de punta, salieron corriendo.
-Me incliné para auxiliar a Juan, quien estaba desmayado; entonces el pajarraco de nuevo se me lanzó encima; rápido agarré aquello que primero había encontrado, que resultó ser un fémur, para corretear a la lechuza. Salí persiguiéndola, hasta pasar la reja del camposanto, allí salió volando hasta pararse en la rama de un árbol… Escuché el ruido del motor que mis amigos no podían arrancar; aún con el fémur en la mano, corrí a pedirles que regresaran a ayudar a Juan; jalé la manija que no abría por el seguro, al mismo tiempo que me sacudía con el fémur la lechuza que había regresado.
-¡Abran! – les grité, cuando el pajarraco salió volando. En el interior aquellos daban alaridos. Sin entender lo que pasaba, exclamé:
-¡¿Qué se traen cabrones?! -Como no reaccionaban, grité muy fuerte:
-¡Soy yo, el que andaban buscando! 
-Al decir esto me fui hacia el parabrisas, para ver si viéndome de frente reaccionaban. Los chillidos aumentaron y, sorprendido, pegué un brinco al verme reflejado en el vidrio… Al igual que los brazos y ropa, el cabello, cuello y mi cara estaban recubiertos de un polvo blanco y descubrí a la lechuza que había triplicado su tamaño, volando detrás de mí. Cuando giré para volver a corretearla fue a pararse al toldo del automóvil; me lancé con todas mis fuerzas, intentando agarrarla de una pata, pero emprendió el vuelo… Dentro del carro aquellos vociferaban enloquecidos; bajé y con la mano me limpié la cara para que pudieran reconocerme… La lechuza volvió a pasar volando; emitió unos sonidos que parecían risas… Entonces comprendí la intención del nahual, empecé a contagiarme de su ánimo y a reír al verlos bajar a todos, orinados.
Nunca supe cuánto ni cómo transcurrió el tiempo…



Martha Elsa Durazzo Magaña


DERECHOS PROTEGIDOS POR LA UNAM. ISBN978-970-32-4694-6

FOTOGRAFÍA: GRACIELA OLVERA.



jueves, 3 de abril de 2014

Ola




"OLA"

La ola me arrastra,
soy polichinela ingrávida y sin peso
para enfrentar tu fuerza...
Contenida... giros... trepidaciones...
Cesan los vuelcos...
sonidos burbujeantes... éxtasis.
Abro los ojos... el paisaje es el mismo.
Gente deambulando, la playa, serenidad.
Los rayos del Sol me envuelven...
Peino mis cabellos con el agua... Me enderezo...
Mis pies rozan la arena... Me secuestro.

Martha Elsa Durazzo Magaña

ISBN 978-607-9038-49-6 2010. IVEC/CONACULTA.

Fotografía: Gustavo Pastrana.