viernes, 16 de diciembre de 2016

Amistad




¡Ay! Cómo me duele el alma
cuando no me miras...
¡Ay! Cuántos caminos recorridos
sin letras
ni palabras amigas
Soledad que te desgranas
como el agua se desliza por mis manos
Canto, aún, a la vida
y espero por aquellos que me han acompañado
por los que no traicionan
ni conocen la hipocresía
Cuánto pesa el arpegio
que, a veces, queda detenido
por quienes corrieron a otras veredas
por los que abandonan la ruta 
de una nao que no siempre ríe
pero que extiende una mano sin repliegues
honesta, directa, sin recovecos ni alardes, amiga.

Martha Durazzo
D.R.2016

No hay comentarios:

Publicar un comentario