Mis ojos vagaron
por la ciudad, enclavada en el valle,
y se permitieron soñar,
desde un portal...
Y buscaba armar
los crucigramas de imágenes
y las avasalladoras emociones...
que inexplicablemente me abordaran...
Ah Portal de Zeballos,
me permitieron visitarte...
Desde tu aliento vislumbré
el Portal del Cielo...
Tan solo soñaba,
con los antiguos caballeros
y los Tratados de Córdoba...
Mi mente buscaba el trazo,
delinear los perfiles,
el eco de sus trascendentes pasos...
Soñar, únicamente soñando,
con el histórico momento,
en que se signara la independencia.
Y mi buena y paciente amiga
mi alma retratando,
mientras yo seguía
tan solo imaginando...
Reviviendo
en el valle
de la imaginación
pletórica.
Martha Durazzo
D.R.2016
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