Con cariño, para mi amigo: Miguel Ángel Llinas, mis versos.
Porque supiste forjar un buen hijo
quisiera, con aroma de rosas,
tejerte un poema,
para decirte:
Hasta pronto
Rosalinda...
Hoy regresas al jardín del Padre,
sé que con amor cuidarás
de tu amado hijo...
Tus rosas quisieron florear,
nos dice Miguel Ángel,
y pienso que ello fue
para custodiar
tu viaje...
No veré cumplido mi deseo
de conocerte,
pero elevo mis plegarias,
por ti y por mi buen amigo,
tu hijo... en quien supiste depositar
tu amor, tus cuidados, tu mano extendida
las muestras más lindas
de la palabra y el verbo
que contiene
el vaso-cáliz
de una madre.
Martha Durazzo
D.R. 2016
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